061321 Pentecostés 3 Viendo con los Ojos de Cristo
El sermón comienza en el minuto 23:20 del vido
I Samuel 15:34-16:13; 2 Cor. 5:14-17; Marcos 4:26-34
Este es un momento importante en la historia de la Iglesia Episcopal de San Atanasio, ya que conmemoramos 29 años de ministerio coreano en San Atanasio. En 1992, la congregación conocida como San Nicolás, se mudó de un espacio alquilado en Hollywood a San Atanasio. Hoy marca el final de ese capítulo de los 157 años de la historia de San Atanasio. Vamos a conmemorar este día, reflexionar sobre el significado de este importante capítulo de nuestra historia, y aprender de ella, lamentando su partida, celebrando los dones que nos han dado, y regocijándonos en que ellos hayan sido recibidos con una bienvenida en otra congregación.
Después de la llegada de los coreanos es cuando, San Atanasio comenzó a describirse como una congregación multicultural. Multicultural apenas estaba empezando a aplicarse a las iglesias en aquel tiempo. San Atanasio ya era multinacional y multilingüe por el ministerio entre latinos que había comenzado 6 años antes. Sin embargo, San Atanasio solo se describió como multicultural después de que llegaron los coreanos. ¿Seguiremos describiéndonos como multiculturales después de que se vayan?
Multicultural es una dinámica a la vez celebrada y criticada. Unos celebran que los grupos que no eran bienvenidos a la mesa ya lo sean. Y celebran la diversidad misma: que ser diferentes juntos es mejor que ser lo mismo pero separados. Cuando yo me doy cuento que otros pueden enseñarme algo que no sabía, demostrarme algo que yo nunca había visto, explicar algo que nunca tuvo sentido para mí, o regalarme algo que ni siquiera sabía que me hacía falta, no solo les doy la bienvenida; los busco. Les dejo ser ellos mismos, y eso podría significar que yo tenga que modificar la forma en que ordeno mi vida.
Los que critican el multiculturalismo lo ven como una amenaza. Lo asocian con lo que llaman la política de identidad, y con perder de su cultura en lugar de ganar algo. Desde esta perspectiva, dar la bienvenida a personas de otras culturas como iguales significa menos espacio, menos poder, menos riqueza, y menos influencia para mí. Estamos viendo esa perspectiva determinar las posiciones políticas para grandes segmentos del país.
Multicultural no se trata de un qué, sino de un cómo; una forma de ver la diferencia, en lugar de medirla. La diferencia siempre existe, incluso cuando solo hay una etnia en la comunidad: viejo/joven, gay/ heterosexual, masculino/femenino, experimentado / inexperto. Una comunidad puede ser multicultural sin tener varias etnias; y tener múltiples etnias no garantiza que sea multicultural.
Los textos de hoy abordan nuestra manera de ver. Dios le dice a Samuel, no mires la apariencia externa, sino el corazón. Pablo dice, no consideres a nadie desde un punto de vista humano… en Cristo, hay una nueva creación. Jesús dice, el reino de Dios es como una semilla de mostaza, que es la semilla más pequeña de la tierra; sin embargo, cuando crece se convierte en el más grande de todos los arbustos. La imagen de Pablo de la nueva creación puede ser la mejor imagen para ser multicultural.
Vernos con lentes multiculturales es una forma de definir esa nueva creación. Expone las raíces del debate entre si el multiculturalismo sea una amenaza o un regalo. La parábola de la semana pasada en que Satanás expulsó a Satanás es el diagnóstico de Jesús de la enfermedad: una casa dividida no puede soportar. Las parábolas de semillas nos dan una visión del proceso de sanidad de Jesús: para sanar nuestra especie hay que volver a sembrar la cultura humana misma. En la nueva creación, la cultura humana ya no comienza con las acusaciones del acusador (Satanás), que expulsa a los que no encajan, sino con el Expulsado (Jesús), que se mantiene en solidaridad y amor perdonador con los expulsados en cada época y cada lugar.
Esa semilla será frágil, pareciendo más como una hierba mala en el campo de la antigua creación. Los seguidores de Jesús debemos estar dispuestos a parecernos a las malas hierbas dentro de una cultura que todavía deshumaniza y expulsa a los que considera malhechores. Pero debemos cumplir esa vocación de revelar la nueva creación, no con un espíritu de acusar a los acusadores, sino del perdón y el amor, expresando claramente que nosotros también estamos sanándonos. Las semillas del amor sanador apenas están empezando a crecer en nosotros. Pero crecerán y están creciendo.
Una amiga publicó en Facebook la semana pasada una práctica que la ha ayudado a fortalecer la nueva creación en su vida: Hace años, cuando estaba luchando con la demencia de mi madre, asumí una práctica espiritual de crear una historia para aquellos que me irritaban: el tipo que se metió en el carril en frente de mí está corriendo a un niño enfermo al hospital, la mujer grosera en la tienda de comestibles perdió su trabajo hoy. Todo se trata de la empatía. Ella encontró es práctica en dos culturas. Primero, en la cultura maya, encontró la práctica de Lak’ech Ala K’in (Tú eres el Otro Yo). Significa que cada acción que tomamos es por respeto a toda la vida; estamos viviendo y sirviendo desde nuestros corazones. Podemos dar el corazón unos a otros, a los árboles, al cielo, a los pájaros y a las estrellas de una manera positiva todos los días, diciendo Lak’ech Ala K’in.
Luego, Pema Chodron enseña una práctica budista que es parecida al principio maya. Ella la llama, Como yo: Vas a un lugar público y te sientas allí y miras a mi alrededor. Los atascos de tráfico son buenos para esto. Te concentras en una persona y dices: ‘Al igual que yo, esta persona no quiere sentirse incómoda. Al igual que yo, esta persona lo pierde a veces. Al igual que yo, esta persona no quiere que le disguste. Al igual que yo, esta persona quiere tener amigos e intimidad”.
La primera aplicación – el punto de partida – de esta práctica – es en las relaciones interpersonales. Pero, más allá preguntamos ¿cómo podemos aplicar esas prácticas de la nueva creación a las pandemias del COVID y del racismo? El COVID cruza fronteras sin tomar en cuenta los diferentes niveles de ingresos. El regalo del presidente Biden de medio billón de vacunas ve al resto del mundo como nuestros semejantes, interconectado con nosotros. Tal vez el COVID nos ayude a ver lo que siempre ha sido cierto.
Con respecto al racismo, Pablo escribe, aunque una vez conocimos a Cristo desde un punto de vista humano, ya no lo conocemos de esa manera. El pastor Ken Ulmer dice que Dios quiere ungir tus ojos, para que ya no bases las relaciones y el amor en externalidades. El Dr. Eric Mason expone las consecuencias de ignorar eso: Un Jesús blanco ha hecho más daño a los negros que la bandera confederada.
Amigos, si alguien está en Cristo, hay una nueva creación: todo lo viejo ha pasado; ¡todo se ha vuelto nuevo! No hay mensaje más urgente para nuestra iglesia y nuestro mundo en este momento que ese. Que Christina Honchell, Pema Chodron, los maya, Jesús y Pablo sean nuestros maestros, ofreciendo prácticas que nos muevan hacia la nueva creación.
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